“Corpore et Anima Unus”
El cuerpo y el alma se complementan y se unen en una única naturaleza. Exploramos juntos la dignidad y la belleza de esta unión y su importancia en nuestra vida espiritual.
La Unidad del Cuerpo y el Alma:
La Sagrada Escritura nos enseña que el hombre es creado a imagen de Dios, siendo un ser a la vez corporal y espiritual. Dios formó al hombre con polvo del suelo e infundió en él el aliento de vida, creando así un ser vivo y completo. Nuestra totalidad, cuerpo y alma, es querida y amada por Dios.
La Dignidad del Cuerpo:
El cuerpo humano participa de la dignidad de ser imagen de Dios. Es a través del alma espiritual que anima el cuerpo que este se convierte en un cuerpo humano vivo. Nuestro cuerpo, como templo del Espíritu Santo, está destinado a ser un lugar sagrado en el que la presencia de Dios puede habitar. Por lo tanto, debemos valorar y honrar nuestro cuerpo, ya que ha sido creado por Dios y será resucitado en el último día.
La Unidad Profunda:
La unidad entre el cuerpo y el alma es tan profunda que el alma es considerada como la “forma” del cuerpo. Gracias al alma espiritual, la materia se convierte en un cuerpo humano viviente. No son dos naturalezas separadas unidas, sino una única naturaleza que se compone de espíritu y materia. Esta unión integral nos muestra la profunda conexión entre nuestra dimensión física y espiritual.
La Inmortalidad del Alma:
La Iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios y es inmortal. El alma no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, sino que espera reunirse nuevamente con el cuerpo en la resurrección final. Esta verdad nos brinda esperanza y nos recuerda la importancia de cuidar tanto nuestro cuerpo como nuestra alma durante nuestra vida terrenal.
Los invito a leer el Catecismo de la Iglesia Católica (Corpore et Anima Unus): https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s2c1p6_sp.html#top