La caída de los Angeles
En el trasfondo de la desobediencia de nuestros primeros padres se encuentra una voz seductora, opuesta a Dios, que los lleva a la muerte. La Tradición de la Iglesia identifica a este ser como un ángel caído llamado Satán o diablo. A través de la Escritura, comprendemos que estos ángeles, originalmente creados buenos por Dios, tomaron una elección radical y rechazaron a Dios y su Reino. Sin embargo, a pesar de su influencia, el poder de Satán no es infinito, y Dios tiene el control último sobre la historia humana.
El origen y la caída de los ángeles:
La Iglesia enseña que los ángeles fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero algunos de ellos se convirtieron en malos debido a su propia elección. Esta “caída” se refleja en las palabras del tentador a nuestros primeros padres, prometiéndoles que serían como dioses. El diablo, desde el principio, ha sido un pecador y el padre de la mentira.
La irrevocabilidad del pecado de los ángeles:
A diferencia de los seres humanos que tienen la oportunidad de arrepentirse después del pecado, el pecado de los ángeles es irrevocable. La infinita misericordia divina no puede perdonar su elección de rechazar a Dios. Esta realidad nos recuerda la importancia de nuestra propia elección y cómo nuestras decisiones pueden tener consecuencias eternas.
La influencia del diablo y la victoria de Dios:
La Escritura atestigua la influencia nefasta del diablo, quien ha sido un asesino y ha intentado apartar a Jesús de su misión en la tierra. Sin embargo, el Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. La seducción mentirosa del diablo ha llevado a la humanidad a la desobediencia, pero Dios es más poderoso y tiene el control final sobre la historia.
El misterio de la actividad diabólica y la providencia divina:
Aunque la acción de Satanás cause daños espirituales y, en cierta medida, incluso físicos en las personas y la sociedad, debemos recordar que el poder de Satanás no es infinito. Es una criatura, y Dios no permite que obstruya la edificación de su Reino. La actividad diabólica es permitida por la divina providencia, y aunque sea un misterio, confiamos en que Dios interviene en todas las cosas para el bien de aquellos que lo aman.
A pesar de la influencia del diablo, Dios tiene el control final y su victoria es segura. En medio de las luchas espirituales, confiamos en la providencia divina y en la promesa de que Dios interviene para el bien de aquellos que lo aman.
Los invito a leer el Catecismo de la Iglesia Católica (La Caída de los Angeles): https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s2c1p7_sp.html