La Seguridad es responsabilidad de todos

Equipo hoy quiero hablarles de un tema fundamental: la seguridad en el trabajo. A menudo, cuando ocurre un accidente, tendemos a preguntarnos: “¿De quién fue la culpa?” Algunos pensarán en el gerente general, otros en el supervisor, o en el jefe del área. Pero la realidad es que la seguridad es responsabilidad de todos. Cada uno de nosotros juega un papel clave en prevenir accidentes y mantener un ambiente de trabajo seguro.

La importancia de la prevención

Lesiones en el trabajo no solo afectan a la persona que las sufre, sino también a su familia, sus compañeros y la empresa. Imaginen lo que significaría para ustedes y sus seres queridos sufrir un accidente grave. Pensemos en un compañero que haya perdido la vista por no usar sus gafas de protección. Si pudiera recuperar su visión, ¿creen que volvería a ignorar esa medida de seguridad? Seguramente no.

En nuestras instalaciones tenemos normativas claras, equipos de protección, procedimientos de seguridad y capacitaciones constantes. Pero nada de esto sirve si no lo aplicamos en nuestra rutina diaria. La clave está en la actitud y el compromiso de cada uno.

Actitud y compromiso con la seguridad

La seguridad empieza con pequeñas decisiones diarias:

  • Usar el equipo de protección personal (EPP) en todo momento.
  • Seguir los procedimientos establecidos sin buscar atajos que puedan ser peligrosos.
  • Reportar condiciones inseguras antes de que se conviertan en un accidente.
  • Cuidar de nuestros compañeros, recordándoles la importancia de cumplir con las medidas de seguridad.

Yo, como supervisor, estoy aquí para guiarlos y apoyarlos, pero no puedo estar en todos lados al mismo tiempo. La seguridad es una responsabilidad compartida. Ustedes son los que pueden marcar la diferencia en su área de trabajo.

Ejemplo real: una lección que no queremos repetir

Hace unos meses, en otra planta, un trabajador decidió no usar guantes porque “era un trabajo rápido y fácil”. En cuestión de segundos, su mano quedó atrapada en una máquina, causando una lesión grave. Cuando le preguntaron qué habría hecho diferente, su respuesta fue clara: “Solo tenía que haberme puesto los guantes”. Un pequeño descuido puede tener consecuencias irreversibles.

La seguridad es un compromiso diario

Para concluir, quiero que todos recuerden: la seguridad es responsabilidad de cada uno de nosotros. No podemos dejarla en manos de otros. Desde hoy, los invito a tomar una decisión consciente: trabajar de manera segura, seguir los procedimientos y velar por el bienestar de todos.

Porque al final del día, lo más importante es regresar a casa sanos y salvos.

¡Cuento con ustedes!

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